Se levantarán más temprano.
1 Los domingos se levantarán más temprano para las vigilias. 2 En estas vigilias obsérvese la misma disposición, es decir, cantados los seis salmos y el verso y sentados todos por orden en los bancos, léanse en el libro cuatro lecturas con sus responsorios. 3 Sólo en el cuarto responsorio el cantor diga el gloria. Al entonarlo se levantan todos con reverencia.
4 Después de estas lecturas seguirán por orden otros seis salmos con antífonas, como los anteriores, y el verso. 5 Tras ellos, tendrán de nuevo otras cuatro lecturas con sus responsorios del modo antes indicado.
6 Después de ellas se dirán tres cánticos de los libros proféticos, a determinar por el abad. Estos cánticos se cantarán con aleluya. 7 Dichos el verso y la bendición del abad, léanse otras cuatro lecturas del nuevo Testamento de la forma establecida. 8 Después del cuarto responsorio entone el abad el himno Te Deum laudamus. 9 Terminado éste, lea el abad el Evangelio, estando todos de pie con respeto y veneración. 10 Al terminarla respondan todos amén y, acto seguido, entone el abad el himno Te decet laus. Dada la bendición, empiecen los laudes.
11 Manténgase siempre, tanto en verano como en invierno, esta misma distribución de las vigilias para el domingo. 12 Si por casualidad, Dios no lo quiera, se levantan más tarde, abrevien algo las lecturas o responsorios. 13 Pero póngase el mayor cuidado para que esto no suceda. Si se da el caso, entonces el causante de la negligencia dé cumplida satisfacción a Dios en el oratorio.