Se levanten sin demora.
1 Duerma cada uno en su cama. 2 Recibirán la ropa de cama de acuerdo con su género de vida y según la disposición de su abad. 3 Si es posible, duerman todos en un mismo dormitorio. Si el número no lo permitiera, duerman por grupos de diez o de veinte, con ancianos que velen sobre ellos. 4 En el dormitorio haya una lámpara continuamente encendida hasta el amanecer. 5 Duerman vestidos y ceñidos con cintos o cuerdas. Mientras duermen no tengan consigo sus cuchillos, para que no se hieran entre sueños. 6 Los monjes estarán siempre listos para levantarse al dar la señal y se apresurarán a anticiparse unos a otros para el oficio divino, pero siempre con seriedad y modestia. 7 Los hermanos más jóvenes no tengan las camas contiguas, sino entreveradas con las de los mayores. 8 Al levantarse para el oficio divino se animarán unos a otros discretamente para evitar las excusas de los dormilones.