Presentación.
Tras una lectura reposada de la regla de los monjes, me ha parecido conveniente presentar una nueva traducción en lengua española. Es un intento de acercamiento al español tal como hoy lo hablamos.
Para quienes estamos habituados a la lectura diaria de la regla hay una serie de expresiones consagradas por el uso y que forman como el argot del monasterio. Sin embargo, una buena dicción en español, y asequible a otros lectores, aconsejaba una revisión del texto. La abundancia de frases condicionadas, o punitivas, así como el refuerzo imperativo de estilo jurídico como queda dicho se han visto sustituidas por expresiones más directas, ya de por sí claras, para conseguir una mayor fluidez en el texto. Los mismos enunciados de los capítulos procuran no dejarse llevar de la mera literalidad del latín.
La introducción de subtítulos temáticos ha de resultar útil al subdividir extensos capítulos y ofrecer en una sola frase la idea del párrafo que encabezan. Esto permite una revalorización del índice para acercarse de forma rápida al pensamiento de san Benito.
La numeración de los versículos, aun insistiendo en el empeño por hacer una edición de tamaño reducido, siempre resulta útil para la localización rápida de un pasaje. Las citas textuales, que san Benito tiene memorizadas por el uso litúrgico, permanecen en cursiva, aunque se haya suprimido la nota con su correspondiente cita, fácil de localizar en otras ediciones más manuales. He procurado salvar la traducción litúrgica de esas citas porque también en nosotros se va memorizando la palabra de Dios.
Creo no sea desacertado presentar una vez más la regla que san Benito propone a sus monjes, con el mejor deseo de facilitar el conocimiento de este valioso texto de la espiritualidad cristiana.
Norberto Núñez, osb.
Abadía de Santo Domingo de Silos