Concuerde la mente con la voz.
1 Creemos que Dios está presente en todas partes y que los ojos del Señor miran a buenos y malos en todo lugar. 2 Esto lo debemos creer sobre todo y sin duda alguna cuando acudimos al oficio divino. 3 Por tanto recordemos siempre lo que dice el profeta: Servid al Señor con temor, 4 y también: Tocad con maestría, 5 y: Delante de los ángeles tañeré para ti, 6 Meditemos, pues, cómo conviene estar ante la presencia divina y la de sus ángeles, 7 y prestemos tal atención a la salmodia que nuestra mente concuerde con nuestra voz.